martes, 24 de marzo de 2009

EL NACIONALSOCIALISMO COMO FORMA DE ESTADO

“El gobierno de Hitler prometeser el más duradero de cuantos haya visto Alemania y Europa mismo. En él nada hay inestablecomo ocurre en el gobierno de los países de régimen parlamentario, donde un partido intrigacontra el otro y donde el Premier no representa sino una parte de la nación dividida. Hitler haprobado no ser un demagogo, sino un estadista y un verdadero reformador. Europa no deberáolvidar que gracias a él fue rechazado de una vez para todas el comunismo, que con su hordasangrienta amenazaba en 1932 avasallar a todo el Continente. Que los críticos digan lo quequieran, pero no podrán negar que el gobierno nacionalsocialista ha llevado a la práctica muchasde las ideas de Platón y que lo anima una pasión altruista al servicio de miras elevadas: lagrandeza de la patria, el establecimiento de la justicia social y una lealtad inmutable en elcumplimiento del deber, además del enorme progreso material que Alemania ha logrado en los dosúltimos años. El número de desocupados que en 1933 llegaba a 6.014.000 ha quedado reducido a2.604.000”. Asi se pronunciaba hace poco uno de los órganos representativos de la prensa inglesa – el “Daily Mail”.

La ideología del nacionalsocialismo alemán –opuestamente a lo que propagan sus detractores- es constructiva y, por tanto, pacifista, pero no pacifista en el sentido de aceptar la imposición de violencias internacionales contrarias a la dignidad y al honor de un pueblo soberano. ¿Habrá nación alguna que, desde su propio punto de vista, sea capaz de admitir condiciones de vida diferentes a las que le corresponden en el plano general de la igualdad jurídica de los Estados, dentro del concierto internacional? El pacifismo nacionalsocialista se inspira, pues, en principios elementales del Derecho y descansa sobre la unidad moral del pueblo alemán.

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